Leonardo Bastida A.
El pasado miércoles falleció el controversial fundador de la orden de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel Degollado, en los Estados Unidos a los 87 años de edad. Oriundo de Cotija de la Paz, Michoacán, el sobrino del cristero Rafael Guízar y Valencia fundó en el año de 1941 la Congregación de los Legionarios de Cristo y en 1959 el movimiento de apostolado Regnum Christi.
Parte de su obra estuvo enfocada a la impartición de educación fundando escuelas como el Instituto Cumbres y la Universidad Anáhuac. Fue muy cercano al papa Juan Pablo II, acompañándole en sus tres primeras giras a México en 1979,1990 y 1993.
A partir de 1997, ocho ex miembros de los Legionarios de Cristo: Félix Alarcón Hoyos, José de J. Barba Martín, Saúl Barrales Arellano, Alejandro Espinosa Alcalá, Arturo Jurado Guzmán, Fernando Pérez Olvera, José Antonio Pérez Olvera y Juan José Vaca Rodríguez, denunciaron en carta enviada a Juan Pablo II las vejaciones sexuales sufridas por parte de Marcial Maciel en su adolescencia en España e Italia, abusando de su condición de casi niños.
Así lo explicó Saúl Barrales a NotieSe en días pasados: “(Fui miembro) durante 12 años (de los Legionarios de Cristo). Tristemente, como éramos niños no alcanzábamos a percibir lo que se proyectaba con esto, una infiltración dentro de la misma Iglesia para tener fuerza y tristemente con el aspecto económico echando mano de gente de poder económico”.
José Barba complementó: “Teníamos un sistema de lealtad y una gran confusión”.
Esta denuncia produjo que se iniciara un proceso judicial contra el fundador de los Legionarios de Cristo en 1998,, sin embargo, fue hasta el pontificado de Benedicto XVI que realmente hubo sanción, como lo subraya José Barba: “El Papa actual tiene que ser reconocido porque tomó el toro por los cuernos en el caso Marcial Maciel. Cuando Maciel, el 26 de noviembre de hace tres años se hizo un autohomenaje en las tres iglesias más importantes de la cristiandad (Santa María la Mayor, San Pedo y San Pablo Extramuros), en ese momento el cardenal Ratzinger dijo ‘Esto no es posible’”.
Acotó: “El primer día de diciembre de 2005 se fechó una carta en la que se nos anunciaba que continuaría la investigación”.
Este hecho trajo como resultado que en 2006 Maciel Degollado fuera retirado del sacerdocio a una vida de oración y penitencia, la cual consideró “una nueva cruz que Dios le dio”.
Sin embargo, los denunciantes afirman que a pesar de las acciones tomadas por la Iglesia, este hecho ha permanecido impune, como declaró a NotieSe en días anteriores el también académico Barba: “Hay un grandísimo nivel de impunidad hoy en día. El caso de Maciel muestra esa ambigüedad sistemática de la Iglesia”, aludiendo a la falta de un juicio y sanción reales en contra de Marcial Maciel a pesar del conocimiento de sus delitos desde muchos años atrás.
“Las cartas que tenemos de Anastasio Balestero son bastante acusadoras de Marcial Maciel. Demuestran la desobediencia de Maciel hacia las órdenes de la Santa Sede, no obedecía al vicario (Luis Ferreira) y lo amenazaba”, comentó.
Estas cartas están fechadas en los años 50, algunos años después de que la orden jesuita en México denunciara conductas ilícitas cometidas por Maciel Degollado y el Vaticano mantuviera un profundo silencio por casi 50 años.
De esta manera, la muerte de Marcial Maciel muestra que su caso quedó impune, sin la impartición de una justicia real por parte de las autoridades eclesiásticas que, como mencionó Barba, “protege a las grandes personalidades”.