martes, febrero 12, 2008

El comandante Corto Maltés y Hugo Pratt



Por César Rojo


Preludio


Conocí a Corto Maltés y a Hugo Pratt una noche de invierno en Barcelona. El encuentro fue inesperado, misterioso y revelador. Yo estaba con el ánimo decaído cuando sentí el peso de una mirada.


Era Hugo Pratt, el alter ego de Corto Maltés, o viceversa; días después descubrí que entre ambos existía una relación creadora, como un juego de ping pong, aunque siempre lo negaron.


Si no me equivoco, señor Pratt, usted está muerto, qué hace en mi habitación, le dije.


Todo es posible en este mundo, me respondió, tomando en cuenta que los libros son puertas de entrada y salida para muchos lugares y tiempos.


Me percaté que Hugo Pratt estaba parado junto a la estantería de libros donde se encontraba una colección de comics, dibujados y escritos por él. Comprendí, entonces, sus palabras y por dónde había llegado hasta mi vestíbulo.


Es un honor que se haya tomado la molestia de venir a verme. La verdad sé muy poco de usted y de su obra.


No te preocupes, a veces me aburro entre los muertos y vengo por acá. Se me ocurrió venir a Barcelona y te miré de capa caída. Uno de los antídotos para el aburrimiento y la melancolía es, sin duda, las historias de aventuras. De tal manera que ah….ya estás aquí, te presento al Comandante Corto Maltés.


Sorprendido estaba de tener a Hugo Pratt frente a mí, pero al menos sabía que su puerta de entrada fueron los libros. Pero Cortos Maltés, por dónde. Noches, relatos, aventuras, después, supe que ese es tu estilo, aparecer y desaparecer cuando uno menos se lo espera uno.


Si esto es un sueño, no quiero despertar, pensé para mis adentros. Mucho gusto Comandante.

El gusto es mío, dijo; encendió un cigarrillo y lanzó una mirada de complicidad a Hugo Pratt.


Esa noche, y las subsecuentes, no sé cuántas más, ambos me contaron sus historias, me hablaron de sus amigos como Rasputín, el matasueños, y de sus preciosas amigas, como la bella Pandora o la exótica Boca Dorada, me relataron acerca de sus viajes por el mundo y lo que piensan acerca de la vida y la muerte. Aquella noche fui parte de sus relatos y juegos oníricos, aquella noche tuve la fortuna de conocer a dos grandes personas, a dos fantasmas que ahora, tengo el placer de presentarles en algunas cuantas líneas, esperando que un día, los y las visiten a ustedes también...


I


Corto Maltés es una metáfora de la aventura, del romanticismo, del sueño, y de los misterios que a través de muchas historias cruzan el tiempo en forma de laberinto para decirnos que somos espejo, y reflejo, que somos palabra circular y sombra trashumante, que somos nadie, y a pesar de eso, ocupamos un lugar en el universo como testimonio de su existencia.


Cuentan sus biógrafos que Corto Maltés nació el 10 de julio de 1887 en la Valeta (Malta); su madre fue una hermosa gitana de Sevilla, quien era conocida como la "niña de Gibraltar" y fue una de las modelos preferidas del pintor Ingres.


Su padre fue un marino originario de Cornualles (Inglaterra); debido a ello, Corto es un súbdito británico, aunque realmente para Maltés esto no significaba prácticamente nada, viajó e hizo lo que siempre le vino en gana.


Tal era su rebeldía que, un día, cuando era joven, una amiga de su madre, llamada Amalia, le pide a Corto la mano para leerle el porvenir en la línea de la fortuna. La mujer descubre que él no tiene dicha línea; Corto se sorprende y acto seguido, va por la navaja de afeitar de su padre y se traza una línea de la fortuna a su propio gusto.


Ese hecho dice bastante de la vida de Corto Maltés; sin duda fue un hombre con mucha fortuna, aventurero, que transitó por varias partes del mundo, romántico, solitario, irónico, galante y culto: Corto no sólo fue un gran navegante, sino también un gran lector.


Los biógrafos dicen que su primera acción bélica fue la destrucción de un cañón en la guerra de los Boxers, en China, en el año de 1900; Corto tenía trece años.


Cuatro años después, en la revuelta de Manchuria, durante la guerra ruso-japonesa, conoce al escritor Jack London, quien se encontraba como corresponsal de guerra, y allí conoce Rasputín, un desertor del ejército zarista, quien posteriormente se convertiría en uno de sus mejores amigos y compañero de aventuras en los sitios más recónditos y extraños.


En 1910, Corto Maltés es oficial de segunda en el Bostoniano, un navío que hace la ruta de Boston a Liverpool; a bordo de éste, Corto emprende la defensa de John Reed (acusado de asesinato), futuro dirigente de la Internacional Comunista, además de periodista y escritor de diversos ensayos, por ejemplo, acerca de la Revolución Mexicana.


En sus andanzas, Corto trabó amistad y conoció a diversas gentes que ahora son personajes famosos de la historia. Además de Jack London y Jonh Reed, conoció a Lenin, a los famosos forajidos estadounidenses Butch Cassidy, Sundance Kid y su esposa Etta Place, al noveslista Herman Hesse, entre muchos otros, incluso fue amigo del General Emiliano Zapata.


Al respecto, Juan Antonio de Blas, biógrafo, ha escrito lo siguiente: "Otro documento de la juventud de Corto se recoge en el libro Carabinas y Centauros, de Juan Camblor, uno de los libros clásicos que describe la revolución mexicana. Genovevo de la O, general agrarista que lideró el movimiento después del asesinato de Emiliano Zapata y consiguió el reparto de las tierras gracias a su pacto con el presidente Cárdenas, cuenta al periodista Camblor algunas de las andanzas de Corto. El Marino de Malta contrabandeó armas desde Nicaragua a Morelos para las guerrillas zapatistas. Emiliano y Corto sostenían conversaciones de horas. Zapata estaba fascinado por el mar, que nunca había visto, y Corto por los conocimientos sobre caballos que el general poseía. Conocimientos que alguna vez se convirtieron en dinero contante y sonante cuando en el hipódromo de Buenos Aires, el Marino de Malta apostó recordando, los consejos sobre equinos que le había dado Zapata".


Corto Maltés, además, fue un hombre del que muchas mujeres se enamoraron, mujeres que incluso lo traicionaron e intentaron asesinarlo. Algunas de las damiselas que conoció Corto son por ejemplo la Duquesa Marina Seminova, aristócrata rusa, poseedora de una mirada fascinante y atractiva; Shangai Lil, activista de la secta las Linternas Rojas; Pandora Groovesnore, joven inglesa, inteligente y hermosa que le robó la atención a Corto Maltés y siempre la recordaba; Boca Dorada, mujer enigmática, hechicera, empresaria de la playa de Itapoa, cerca de San Salvador de Bahía, y además líder del movimiento revolucionario en Brasil.


Realmente no se sabe cuándo y cómo murió Corto Maltés; una de sus últimas aventuras conocidas es que se alistó en las Brigadas Internacionales para participar en la guerra civil de España.


Hugo Pratt, amigo creador del Marino de Malta, dijo en alguna ocasión que en un "mundo donde todo es electrónico, donde todo se encuentra calculado e industrializado, no hay lugar para un tipo como Corto Maltés".


II


Hemos hablado del Comandante Corto Maltés como si fuera una persona real, y lo es, por su puesto, sólo que su realidad es otra, es el producto de un sueño pensado, mezcla de muchas realidades, que nació en la mente de un hombre dibujante, guionista, aventurero y viajero como el mismo Corto: desde luego, hablamos de Hugo Pratt.


Originario de Rimini Italia, nacido el 15 de junio de 1927, Hugo Pratt pasó su infancia en Venecia, luego tuvo que vivir en una colonia italiana en Etiopía, donde trabajaba su padre. Aprende swahili, abisinio y se empapa de los cuentos y tradiciones del país.


Su padre lo enrola en la policía colonial para reprimir a los independentistas abisinios (Etiopía era colonia italiana desde 1936). Para Hugo esto no es nada fácil, su ideología es otra, como dijo años después en una entrevista: "Los primeros conflictos histórico-económicos efectivos los viví en mi casa. La extracción de mi familia es popular, con aspiraciones burguesas: mi abuelo, socialista; mi padre, fascista y yo, todo lo contrario: libertario. Hubo un momento en que había que elegir una actitud política u otra. Yo elegí la otra. No podía ser nazi".


En 1941, logran la victoria las tropas del emperador etíope Hailé Sélassié; Pratt es hecho prisionero y posteriormente repatriado a Italia en un buque de la Cruz Roja.


Retorna a Venecia, en manos de los alemanes, quienes sospechan de él y creen que es un espía sudafricano. La policía nazi lo arresta y luego lo obligan a enrolarse en la policía marítima del Tercer Reich. Hugo deserta y se une al bando de los Aliados. Trabaja como intérprete y se vuelve responsable de la organización de espectáculos para los soldados.


En 1945 termina la guerra, y Hugo Pratt comienza propiamente su carrera como dibujante en la revista Albo Uragano, donde forma un equipo que es conocido hoy día como el Grupo de Venecia. Cuatro años después viaja a Argentina, dibuja, dibuja mucho y escribe guiones.


Vuelve a Venecia, se casa, tiene hijos, se divorcia, se vuelve a casar, ahora en México; viaja a Brasil donde tiene dos hijos con una mujer nativa del pueblo de los Xavantes. En fin, Pratt viajó por muchos lugares, observaba, aprendía y dibujaba. Hacer aquí una relación de sus trabajos sería extenso, mencionamos solamente uno en particular, Ana de la Jungla, comic ambientado en África donde se Pratt va forjando su propio estilo como dibujante y narrador.


En 1967 fundó la revista el Sargento Kirk, en ella, aparecer por primera vez uno de sus personajes más célebres: Corto Maltés, dentro del relato titulado La Balada del Mar Salado, que posteriormente irá construyendo y dándole vida en historias como La Casa Dorada de Samarcanda, Mu, el misterio del continente perdido; Fábula de Venecia, Suit Caribeña; Corto Maltés en Siberia (de la cual se ha hecho una película producida en Francia), Las Célticas, Las Etiópicas, Los Escorpiones del Desierto, entre otras.


Pero dejemos ahora que las palabras de Hugo Pratt nos digan algo acerca de él y su relación con Corto Maltés.


"Corto Maltés es consecuencia de los encuentros que tuve con otros individuos a lo largo de mi vida y de mis viajes, a lo largo de lo que puede constituir la suma de mis experiencias.


Coadyuvada, claro, por la experiencia profesional. Agarrando todas estas experiencias y hecha una síntesis, sale Corto Maltés".


"Para Corto Maltés elegí un período histórico que es el principio de este siglo [el XX], porque era un período de grandes cambios económicos y políticos. Desde el Romanticismo se giró hacia la toma de conciencia que las grandes revoluciones, Marx y Engels, han proporcionado a la sociedad. No puede perderse de vista el materialismo histórico, y para estar en comunión con la conciencia del individuo había que analizar cuanto estaba pasando".


"Pienso que Corto Maltés es un ejemplo del tipo de individuo correspondiente a esta situación. Partiendo de una actitud romántico-aventurera, toma conciencia de los importantes cambios que hubo en aquella época".


"Corto Maltés ve los problemas desde su condición de aventurero. Antes que nada es un individuo y vive en consecuencia dentro de una cierta ética... que es la suya y no la mía. No quiero permitir que Corto Maltés sea mi alegato personal. Mientras realizaba sus historias, muchas veces me daba cuenta de que Corto hacía o decía cosas contrarias a mi manera de ser".

A partir de 1970, Hugo Pratt viven en Francia y luego en Suiza acompañado de sus 30, 000 mil libros; el 20 de agosto de 1995 muere debido a un cáncer de intestino, nos despedimos con el fragmento final de una de sus historias, Fábula de Venecia, invitando a todos ustedes a acercarse a las obras de este gran narrador y dibujante que fue Hugo Pratt:

"En Venecia, hay tres lugares mágicos y secretos: uno en la "Calle del amor de los amigos", otro en el "Puente de las maravillas", y otro en la "Calle de Marrani", cerca de San Geremia, en el viejo ghetto. Cuando los venecianos –algunas veces son los malteses- se cansan de las autoridades, van a esos lugares secretos y, tras abrir las puertas al fondo de esos patios, se van para siempre hacia países maravillosos y hacia otras historias".