martes, abril 01, 2008

Notas de Cultura Nacional

Ordena funcionario suprimir programa radiofónico cultural por falta de rating

■ La acción muestra el desdén del gobierno panista de Jalisco por el arte: Vargas Lozano

■ Hoy, última emisión de Charlas de filosofía, que duró transmitiéndose 15 años en Guadalajara

Fernando Camacho Servín

Este martes primero de abril, el programa Charlas de filosofía, que se transmite por Radioarte, en el 96.3 FM de Guadalajara, Jalisco (XEJB), tendrá su última emisión luego de 15 años al aire, dado que el titular del Sistema Jalisciense de Radio y Televisión (SJRT), Samuel Muñoz, determinó su cierre por falta de rating.

Así lo denunció el investigador Gabriel Vargas Lozano, quien señaló que esta acción demuestra la nula importancia que tienen las artes, la ciencia y la cultura para el gobierno panista de esa entidad, el que en días recientes fue criticado por financiar con recursos públicos diversos actos y recintos de la Iglesia católica (La Jornada, 24, 25 y 27 de marzo de 2008).

La emisión, conducida en vivo por Cuauhtémoc Mayorga cada martes, es un espacio “muy prestigiado, donde han participado muchos autores de libros y pensadores, entre ellos Adolfo Sánchez Vázquez y Juan Villoro”, afirmó Vargas.

El argumento de la escasa audiencia, agregó, no es válido, en primer lugar porque la administración local “confunde la labor del Estado con la lógica del mercado, lo cual es muy grave”, y además, porque “muchos radioescuchas siguen el programa; lo que sucede es que el gobernador (Emilio González Márquez) quiere eliminar el pensamiento filosófico porque no entiende ni para qué sirve”.

En el país, abundó Gabriel Vargas, todavía es poco comprendida la importancia y función de la filosofía, sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ha hecho hincapié en el valor de esta disciplina, y recomendó a sus miembros –entre ellos México– que se promueva su estudio a todos los niveles, desde los niños hasta los universitarios y la población en general.

“El hecho de que la filosofía no ocupe el papel que se merece es un indicador de lo mal que estamos. En vez de quitarle espacios, hay que darle más difusión, porque ha estado remitida en las universidades y en núcleos elitistas”, señaló.

Estos días, puntualizó Vargas Lozano, “hay una fuerte crisis de valores que no puede resolverse con la religión, las mitologías o las ideologías. Hay controversias, como las del aborto, donde hay diversas opciones y el individuo debe tener idea de ellas”, y de esa manera reflexionar sobre la situación del país y del mundo.

Aunque se insistió por vía telefónica, no fue posible localizar a Mayorga ni a Muñoz.

La Jornada martes 1 de abril de 2008

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ASCENSO Y DESCENSO DE KUKULKÁN:

MITO ARQUEOASTRONÓMICO

Zona arqueológica de Chichén Itzá, Yucatán

*** Las primeras relaciones en torno al efecto visual, surgieron hacia los años 30 del siglo XX

La proyección solar serpentina que recorre la alfarda norte de El Castillo, en Chichén Itzá, durante los equinoccios de primavera y de otoño, y que atrae a miles de visitantes a la zona arqueológica yucateca, es, en realidad, un mito arqueastronómico reciente, pues las referencias más antiguas sobre este fenómeno óptico no van más allá de los años 30 del siglo XX.

De acuerdo con el doctor Stanislaw Iwaniszewski, uno de los más reconocidos estudiosos en el mundo de la arqueoastronomía precolombina mesoamericana, no existe fuente arqueológica que pueda sustentar que este efecto visual fuera percibido por los mayas antiguos, tal y como se aprecia hoy en día.

“Hay muchos mitos arqueoastronómicos modernos, y éste, el conocido como el ascenso y descenso de Kukulkán, en la pirámide de El Castillo, forma parte de esa categoría”. Incluso, dijo el investigador del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), algunos trabajos científicos así lo demuestran.

Cabe citar un artículo escrito en 1999, por una de las autoridades en astronomía maya, John B. Carlson: Pilgrimage and the Equinox ‘Serpent of Light and Shadow’ Phenomenon at the Castillo, Chichén Itzá. Texto publicado en la reconocida revista Archaeoastronomy: The Journal of Astronomy in Culture, de la Universidad de Texas, Estados Unidos.

La proyección conocida como el ascenso y descenso de Kukulkán (Serpiente emplumada), que sucede al atardecer de los equinoccios de primavera y otoño, consiste en siete triángulos de luz, invertidos, resultado de la sombra que proyectan las nueve plataformas del edificio conocido como El Castillo, al ponerse el sol.

Iwaniszewski, profesor en la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), e investigador del Museo Arqueológico Estatal de Varsovia, Polonia, detalló que las primeras relaciones en torno al efecto visual sucedido en esa pirámide, datan de la estancia de la Expedición Arqueológica Maya, iniciativa de la Institución Carnegie de Washington, que dio inicio en 1923 y se extendió durante dos décadas.

“Estas primeras referencias las captamos hacia los años 30 del siglo pasado, cuando todavía la institución Carnegie, realizaba trabajos de excavación en Chichén Itzá. Fue en ese entonces cuando algunos de los trabajadores, comenzaron a percatarse de este fenómeno óptico.”

“Sin embargo, este efecto no tuvo un análisis científico sino años después, específicamente mediante un artículo de Robert Fuson, escrito en 1969: The orientation of mayan ceremonial centers, en Association of American Geographers, AnnaIs”.

Pese a estos estudios, el sitio arqueológico de Chichén Itzá todavía no figuraba en el imaginario colectivo como “centro de energía”, debió pasar casi una década más, hasta la publicación de La pirámide Kukulkán: su simbolismo solar (1976), de Luis Arochi, que permitió un conocimiento menos restringido acerca del fenómeno, quizá porque la edición se hizo en español.

A mediados de los años 80 —relató Stanislaw Iwaniszewski—, la televisora más importante del país, motivada en parte por lo descrito en el volumen de Arochi, llevó a cabo una transmisión en vivo del efecto visual en El Castillo, momento que fue determinante para la posterior afluencia al sitio, en los días de equinoccio.

De grupos New Age, a concheros y mexicaneros

Respecto a los grupos que suelen acudir durante el equinoccio de primavera, específicamente en la zona arqueológica de Teotihuacán, Estado de México, el también coeditor de la revista Archaeoastronomy: The Journal of Astronomy in Culture, mencionó que precisamente hacia la década de los 80, ésta era espacio de corrientes y “nuevos movimientos religiosos”, más cercanos al New Age.

“Se trataba de grupos que invocaban a los dioses hindúes, o buscaban los sephiroth, que de acuerdo con la Cábala, son los senderos o las diez emanaciones de dios, a través de las cuales se creó el mundo.”

“Para mediados de los 90, se dio un cambio, y a partir de esos tiempos, gran parte de las actividades que se desarrollan en este día, las realizan grupos de concheros y mexicaneros, quienes acuden con instrumentos de viento y bailan al mediodía del 21, aunque no sea precisamente el momento de equinoccio”, concluyó.

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EN RIESGO, NUESTRA MEMORIA VISUAL RECIENTE

Por inestabilidad de materiales

*** La actividad académica se impartirá entre 2008 y 2009, en la ENCRyM

Contrario a lo que pudiera pensarse, la tecnología fotográfica no cuenta todavía con materiales que garanticen una mayor estabilidad de la imagen a largo plazo, lo que supone un riesgo para la permanencia de nuestra memoria visual más reciente, aquella que parte de la segunda mitad del siglo XX.

Por esta razón, la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCyM) “Manuel del Castillo Negrete”, del INAH, impartirá entre 2008 y 2009, la Especialidad internacional en conservación y restauración de fotografía, de agosto de 2008 a 2009.

El tratamiento de instantáneas contemporáneas, así como aquellas procedentes de las primeras décadas del siglo pasado, e incluso, del XIX, forma parte de los objetivos de esta actividad académica coordinada por la maestra María Fernanda Valverde Valdés.

Para la especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el problema de la fotografía es la diversidad de materiales que le pueden servir de soporte, cubriendo una gama que del uso de piel, marfil y vidrio, hasta lo más común, que son la impresiones en papel.

Fue partir de los años 60 y 70 del siglo XX, que se popularizó el uso de la fotografía a color, ésta, sin embargo, e independientemente de su soporte, es extremadamente vulnerable, sea por exposición a la luz, o deterioro químico, en particular al desvanecimiento de los tintes, explicó la experta.

Sostuvo que la fotografía digital corre un mayor riesgo en comparación con las de color cromogénico, es decir, las tradicionales, ya que al momento de la impresión, que se realiza mediante inyección de tinta sobre papel, no cuenta con protección alguna, además de que es soluble al agua.

La Especialidad internacional en conservación y restauración de fotografía cuenta con un consejo integrado por expertos como Debra Hess Norris, Nora Kennedy, Anne Cartier Bresson, Mogens Koch y James Reilly, adscritos a instituciones como el Metropolitan Museum of Art, en Nueva York; o al Royal Academy, en Dinamarca, lo que significa un reconocimiento para la labor que realiza la ENCRyM desde 1992.

La ENCRyM, ha prestado asesoría en el rescate de imágenes pertenecientes a la Fototeca Pedro Guerra de la Universidad Autónoma de Yucatán, Fundación Televisa, Archivo General de la Nación, Cineteca Nacional, así como a centros e institutos de la UNAM, refirió Fernanda Valverde.

“La idea es forjar conciencia y lograr que este programa contribuya a generar una política nacional en la que se promueva un cuidado oportuno de los archivos fotográficos, y que se pueda trabajar de manera directa con las fototecas”, expresó la también especialista por el Image Permanence Institute, Rochester, de Nueva York.

Distintos agentes, variadas soluciones

María Fernanda Valverde abundó que la recuperación de una imagen puede llevar meses y los agentes de deterioro pueden ser detonados por distintas causas, entre ellas y quizá la peor, es que ascienda de manera precipitada la humedad relativa. “Es una destrucción evidente y total. Surgen hongos y se acabó”.

“También de gravedad es el menoscabo químico. Aquí el problema está más ligado a la temperatura, es un cáncer que avanza poco a poco, por eso cuesta trabajo convencer a los responsables de los acervos fotográficos que ese daño va a ocurrir y que el bajar la temperatura implica alargar la vida de esa imagen”.

Una tercera condición comprende la protección física de los objetos fotográficos, que a menudo se rompen, se rasgan o se arrugan. Asimismo, existen normas internacionales específicas para el almacenamiento de negativos, de placas con soporte de vidrio e impresiones, entre otros casos.

“Según sus condiciones, los negativos con soportes plásticos, de nitrato y acetato de celulosa, deben almacenarse entre 3 y 4 grados centígrados, con una humedad relativa del 40 por ciento; pero si ya iniciaron su fase de deterioro autocatalítico deben congelarse, mantenerse a una temperatura bajo cero.”

“Las impresiones en blanco y negro sobre papel no representan tanto problema, podrían almacenarse a una temperatura de hasta 18 grados centígrados si la humedad relativa no pasa del 40 por ciento. Lo mismo para las placas de cristal. El material a color hay que mantenerlo a temperaturas ligeramente sobre cero”, abundó.

Consejos prácticos

Para los no conocedores interesados en conservar en buen estado sus fotos familiares, la maestra María Fernanda Valverde, recomienda mantenerlas en un ambiente lo más seco y frío posible, protegidas de la exposición a la luz y el polvo.

A la vez, para aquellos que los resguardan en álbumes con pegamento (PVC) y plástico con “olor de muñeca nueva”, es mejor conservar las instantáneas en sobres de papel de algodón libre de ácido.

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SERGIO PITOL ES UN CLÁSICO CONTEMPORÁNEO Y SU OBRA EL CAUDALOSO RÍO AL QUE INVITAMOS A LOS LECTORES A DISFRUTAR

Alfredo Camacho

El maestro Sergio Pitol llegó en silla de ruedas al Palacio de Bellas Artes, pero subió al escenario de la Sala Manuel M. Ponce por propio pie. Arriba lo saludó una nutrida y prolongada ovación que le tributaron sus pares, autoridades culturales, familiares, amigos y lectores que abarrotaron el palacio de mármol, mientras muchos otros se conformaron con verlo a través de pantallas gigantes colocadas en la explanada.

Teresa Franco, titular del INBA, fue la encargada de aclarar el motivo del singular encuentro: “En nombre del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y del Instituto Nacional de Bellas Artes, es para mí un honor, maestro Sergio Pitol, hacerle entrega de la Medalla de Oro de Bellas Artes, no sólo para festejar sus 75 años de vida sino, sobre todo, en reconocimiento a su invaluable aportación a la literatura mexicana”.

Emocionado y sonrojado, el autor de El arte de la fuga, feliz ante el acontecimiento, aseveró: “Muchas gracias a Teresa Franco, a los amigos que hablaron de mi persona y de mi obra, pero también doy gracias al público aquí presente, entre los que debe haber lectores que se toman la molestia de leerme”.

El aplauso parecía interminable para el escritor, traductor y diplomático mexicano, poblano por nacimiento, veracruzano por destino y viajero incansable del mundo, cuya discreción raya en la timidez, y que contrasta con la grandeza de su obra y sus valiosas traducciones de autores como Henry James, Joseph Conrad, Robert Graves, Jane Austen, Witold Gombrowicz, y escritores rusos antes desconocidos en México como Alexander Zeromsky, Kazimierz Brandys, Jerzy Andrezjewski y Bruno Schulz.

Ante Enzia Verducchi, responsable de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA; Margo Glantz, Carlos Monsiváis, Mario Bellatín, Álvaro Enrigue y Rosa Beltrán, quien leyó un texto enviado por José Emilio Pacheco y los escritores participantes en el homenaje, Teresa Franco subrayó: “Sergio Pitol es un clásico contemporáneo; más allá de reconocer la trayectoria de uno de nuestros mayores escritores, el Instituto quiere invitar a los lectores a entrar en contacto con sus cuentos, novelas y ensayos”.

Evocó así el verano de 1961, cuando el homenajeado abordó un buque alemán en Veracruz con destino a Europa: “Pitol, homo viator, que llevaba por equipaje un conjunto descomunal de lecturas y una voracidad insaciable, dedicó casi tres décadas a un viaje devocional; durante su largo peregrinaje se consagró a las letras como un oficiante y acumuló aventuras editoriales como la creación de la colección Heterodoxos de Tusquets”.

Asimismo, prosiguió Teresa Franco: “Un breve pero intenso periodo en la editorial de la Universidad Veracruzana y en su revista emblema La palabra y el hombre; desempeñó varios cargos en el servicio diplomático, como el de embajador de México en Checoslovaquia y, por si fuera poco, escribió infatigablemente y realizó traducciones por decenas”.

La titular del INBA abundó que El arte de la fuga lo convirtió en un clásico contemporáneo, con esa obra dio inicio a su más reciente conjunto de títulos, que ha dado en llamarse La trilogía de la memoria.

Y concluyó: “La referencia viene a cuento pues la obra de Pitol no sólo está cimentada en su nutrida imaginación; es rica no sólo por haber creado una compleja edificación en la que pasadizos, salas y cámaras nos traen toda clase de resonancias. Habitan en sus libros, transustanciados, engullidos o mimetizados, centenares de autores, paisajes, rutas, ciudades y países. Su obra es una perpetua reflexión sobre la literatura”.

Rosa Beltrán, responsable de Literatura de la UNAM, dio lectura a cinco décimas que José Emilio Pacheco envió ex profeso para el homenaje, en las que rinde tributo a la grandeza de la obra de Sergio Pitol.

Álvaro Enrigue habló sobre el mapa de un canon irrompible de la literatura mexicana. “Pero con la aparición de El arte de la fuga, un libro fundacional, el encanto del cometa rompería para siempre el mapa. Es el relato que explica todos los relatos ocurridos a su alrededor; es la literatura vista no como una certeza sino como un misterio. La literatura es el espejo donde lo privado se vuelve simbólico”.

Mario Bellatín contó una bella anécdota sobre la medalla del Premio Cervantes que recibió Sergio Pitol y que posteriormente se transformó en un texto del mundo chejoviano del maestro Pitol.

En su oportunidad, Margo Glantz abordó la estadía del escritor en Praga, “la ciudad laboratorio donde dio vida a diversas novelas que le otorgaron a su escritura un giro carnavalesco”.

Carlos Monsiváis, con su habitual sentido del humor, cerró con broche de oro: “Hay aquí tantos amigos, que ya no caben los enemigos”. Y ya en serio aseveró que se trataba de una reunión sorprendente de lectores y editores”.

En un rápido recuento de una entrevista que le hizo a Pitol en fechas pasadas, el cronista dio cuenta de la excelsa vida y obra del homenajeado; sus viajes, pasiones, gustos. Y lo compara con Alfonso Reyes como “el maestro de la levedad; el mago de Viena, cuya prosa es espléndida”.


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LA HISTORIA DE LOS MENONITAS RADICADOS EN DURANGO

Héctor Campio

*** Publicación apoyada por el Programa de Apoyo para las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC) del CNCA

Actualmente existen 32 colonias menonitas asentadas en el estado de Durango. Treinta de ellas pertenecen al municipio de Nuevo Ideal y dos al de Santiago Papasquiaro, ambos ayuntamientos ubicados al noroeste de la capital de la entidad. No obstante una antigüedad de más de 80 años en el estado, aún es poca la información respecto a esta comunidad de inmigrantes en México. La mayor parte está basada en prejuicios o suposiciones de procedencia dudosa.

Para llenar ese vacío, la periodista duranguense Liliana Salomón elaboró una investigación sobre dicha comunidad radicada en Durango desde 1924. Con este primer acercamiento a los rasgos culturales y económicos que caracterizan a los menonitas duranguenses, la autora pretende sentar las bases antropológicas e históricas para estudios posteriores sobre dicho grupo en el país.

La investigación –elaborada con el financiamiento del Programa de Apoyo para las Culturas Municipales y Comunitarias (PACMyC), otorgado por la Dirección General de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes durante los años 2002 y 2003–, tiene como fuente un amplio acervo hemerográfico, además de entrevistas con miembros de la comunidad que clarifican los usos y costumbres menonitas.

Se describen, en primer lugar, los antecedentes históricos del grupo mediante una rápida cronología de su éxodo desde el siglo XVI hasta el XXI: de las islas Friesianas a Prusia, Rusia y Canadá, hasta los estados mexicanos de Chihuahua, Durango, Zacatecas, Campeche y Tamaulipas, en nuestros días.

Al marco histórico sigue una descripción sobre las condiciones climáticas, ecológicas y geográficas de los asentamientos menonitas duranguenses, ubicados en el territorio conocido como Valle de Guatimpé.

Para describir su organización social y cultural, la autora refiere el aspecto ideológico. Explica la convivencia de sus miembros dentro de las comunidades, así como las razones históricas y religiosas por las cuales evitan un mayor contacto con poblaciones vecinas, salvo que no sea por motivos comerciales.

Liliana Salomón hace una valoración sobre la religión y el trabajo, aspectos que norman la vida menonita desde la indumentaria hasta sus hábitos alimentarios y conducta en sociedad.

Un amplio apartado describe costumbres de índole religiosa como bodas, funerales, bautizos, Pascua y Navidad; además de prácticas tradicionales como la formación de anillos, cooperativas donde 16 personas se turnan para sacrificar una res cada semana y repartir su carne, o los remates, ventas públicas de bienes al estilo de subastas en las que se invitan también a mexicanos.

La industria del queso en las colonias menonitas, y otras fuentes de ingreso como la producción forrajera, la venta de maquinaria agrícola y la cosecha de avena, maíz, fríjol, trigo, alfalfa y cebada, se abordan en un capítulo dedicado a la organización económica.

Para abundar en el aspecto antropológico, la autora describe un asentamiento campestre, realiza algunas entrevistas de semblanza a miembros de la comunidad e incluye un breve recetario. La investigación está ilustrada con fotografías de esta comunidad tomadas durante sus convivios.

El libro Historia de los menonitas radicados en Durango fue un proyecto del Programa de Apoyo para las Culturas Municipales y Comunitarias, inscrito en el campo de memoria histórica. Actualmente, la Dirección General de Culturas Populares del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes mantiene abierta su convocatoria para la recepción de proyectos de este año.