martes, abril 01, 2008

El miedo a mirar adentro


* Conversaciones con el Maestro de Un Curso de Milagros

El Espíritu jamás te enseñará que eres un pecador. Corregirá tus errores, pero eso no es algo que le pueda causar temor a nadie. Tienes un gran temor a mirar en tu interior y ver el pecado que crees que se encuentra allí. No tienes miedo de admitir esto.

El ego considera muy apropiado que se asocie el miedo con el pecado, y sonríe con aprobación. No teme dejar que te sientas avergonzado. No pone en duda la creencia y la fe que tienes en el pecado. Sus templos no se tambalean por razón de ello. Tu certeza de que dentro de ti anida el pecado no hace sino dar fe de tu deseo de que esté allí para que se pueda ver. Sin embargo, esto tan sólo aparenta ser la fuente de tu temor.

Recuerda que el ego no está solo. Su dominio está circunscrito, y teme a su “enemigo” desconocido, a Quien ni siquiera puede ver. Te pide imperiosamente que no mires dentro de ti, pues si lo haces tus ojos se posarán sobre el pecado y el Creador te cegará. Esto es lo que crees, y, por lo tanto, no miras. Mas no es éste el temor secreto del ego, ni tampoco el tuyo que eres su siervo. Tras tu temor de mirar en tu interior por razón del pecado, se oculta todavía otro temor, y uno que hace temblar al ego:

¿Qué pasaría si mirases en tu interior y no vieses ningún pecado? Esta “temible” pregunta es una que el ego nunca plantea. Y tú que la haces ahora estás amenazando demasiado seriamente todo su sistema defensivo como para que él se moleste en seguir pretendiendo que es tu amigo.

En las enseñanzas del Espíritu no hay inconsistencias. Este es el razonamiento de los cuerdos. Has percibido la locura del ego, y no te ha dado miedo porque has elegido no compartirla. Pero aún te engaña a veces. Tu liberación no es aún total: todavía es parcial e incompleta, aunque ya ha despuntado en ti. Tu fe está comenzando a interiorizarse más allá de la demencia hacia la razón. El propósito del Espíritu fue aceptado por aquella parte de tu mente que el ego no conoce y que tú tampoco conocías.

El Cielo ha llegado porque encontró un hogar en tu relación en la tierra. Aquellos que se han unido a sus hermanos han abandonado la creencia de que su identidad reside en el ego. Una relación santa es aquella en la que te unes con lo que en verdad forma parte de ti. Y la tierra no puede limitar por más tiempo lo que se la dado como suyo propio.

Contempla amorosamente a tu hermano, y recuerda que la debilidad del ego se pone de manifiesto ante vuestra vista. No dejes que la demente insistencia del miedo de que la certeza reside en la duda te detenga. Eso no tiene sentido. ¿Qué importa cuán imperiosamente se proclame? Lo que es insensato no cobra sentido porque se repita o se aclame. El camino de la paz está libre y despejado. Síguelo felizmente, y no pongas en duda lo que no puede sino ser cierto:

Soy tal como Dios me creó

Sólo con que mantuvieses este pensamiento fijo en la mente, el mundo se salvaría.

Estas palabras son sagradas, pues son las palabras que el Creador dio como respuesta al mundo que tú fabricaste. Con ellas éste desaparece, y todo lo que se ve en sus brumosas nubes y vanas ilusiones se desvanece.

He aquí la Palabra mediante la cual el Hijo se convirtió en la felicidad de su Padre, en Su Amor y en Su compleción.

No hay sueño que no se disipe con estas palabras; no hay pensamiento de pecado o ilusión en dicho sueño que no se desvanezca ante su poder.

Santo es en verdad aquel que hace suyas estas palabras; que se levanta con ellas en su mente, las recuerda a lo largo del día, y por la noche se las lleva consigo al irse a dormir. Sus sueños son felices y su descanso está asegurado, su seguridad es indudable y su cuerpo goza de perfecta salud porque duerme y despierta con la verdad ente sí en todo momento.

Nuestra práctica de hoy es muy simple. Pues las palabras que utilizamos son poderosas y no necesitan pensamientos adicionales para poder producir un cambio en la mente de aquel que las utiliza.

Este cambio es tan absoluto, que ahora dicha mente se convierte en la tesorería en la que el Creador deposita todos Sus dones y todo Su Amor, para que sean distribuidos por todo el mundo, se multipliquen al darse y se conserven intactos porque su compartir es ilimitado. Y así aprendes a pensar con el Creador.

Con estas palabras todo el mundo se salva, pues, ¿quién seguiría abrigando el pecado cuando una santidad como ésta ha bendecido al mundo? ¿Quién podría desesperarse cuando la perfecta dicha es suya y está al alcance de todos como remedio para el pesar y la miseria, para toda sensación de pérdida y para escapar totalmente del pecado y la culpabilidad?

Tú eres tal como Dios te creó. Estas palabras disipan la noche, y ya no hay más oscuridad. La luz ha venido hoy a bendecir el mundo.

* El presente texto es una de las lecciones y uno de los ejercicios incluidos en Un Curso de Milagros, libro de metafísica y psicología espiritual editado por la Fundación para la Paz Interna.

Si desea adentrarse más en este curso, le invitamos a integrarse al Grupo de Prácticas Meditativas de Un Curso de Milagros, que iniciará este Lunes 7 de Abril en La Escala, centro cultural para el desarrollo humano. Las prácticas serán por las mañanas, de 10:15 a 11 am, los Lunes, Miércoles y Viernes, con una cooperación de $50 pesos semanales. Para apartar su lugar o solicitar mayores informes, puede llamar al 607 51 63 / 607 52 67