Notas del Puerto
Por Marcela Danemann
marceladanemann@yahoo.com
Tengo en mis manos el video documental La ley del cielo. Son 28 minutos con un mensaje claro, del que toda la comunidad debe hacerse eco: “lograr reglamentar nuestra ciudad de Ensenada contra la contaminación lumínica para proteger, de esta manera, el cielo astronómico en la Sierra de San Pedro Mártir, estado de Baja California donde está instalado el Observatorio Astronómico Nacional”.
Con algo de crítica implícita, alto contenido informativo y sobre todo con una propuesta clara, este material documental dirigido por el Dr. Wofgang Sttefen, investigador del Instituto de Astronomía-Observatorio Astronómico Nacional dependiente de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fue proyectado como primicia el pasado 28 de febrero en el Centro Estatal de las Artes Ensenada.
Al terminar la proyección, el aplauso final, cerrado y espontáneo, por parte de más de 300 personas que asistieron a esta nueva jornada del ciclo de divulgación científico-cultural de la UNAM, insinuó afirmativamente que muchos ya han elegido apoyar esta iniciativa creyendo en la importancia y trascendencia de la Ley del cielo.
El mensaje de la película indica que por siglos, las observaciones astronómicas nos han permitido responder a muchos interrogantes referidos a nuestro lugar en el universo. Pero el estudio de la física de ese universo también se encuentra con nuevos misterios que nos dan una cabal idea de lo lejos que aún están los investigadores y la comunidad de entender al cosmos en toda su magnitud. Allí es donde la protección de nuestros observatorios, de nuestro cielo, resulta prioritaria.
El Observatorio Astronómico Nacional ubicado en la Sierra de San Pedro Mártir tiene uno de los cuatro mejores cielos del mundo para esta práctica científica. Otros lugares privilegiados se localizan en el norte de Chile, en Arizona (EU) y en Islas Canarias (España), donde desde el año 1988 ya tiene aplicación la La ley del cielo. Sin duda, el crecimiento de las ciudades urbanas aledañas a San Pedro Mártir como son San Quintín, San Felipe, Colonet, Ensenada, Tijuana, San Diego y Mexicali y sus resplandores lumínicos afectan considerablemente la observación ya que parte de esa luz urbana rebota en forma de partículas de luz, aire y agua en la atmósfera llegando a mezclarse con la galaxia reduciendo el contraste de las imágenes y disminuyendo las posibilidades de visualización aunque se utilicen telescopios sofisticados.
Durante el documental, se hace referencia al proyecto que el gobierno de México tiene delineado en la región de Punta Colonet específicamente, ya que se planea la construcción de un puerto de contenedores para transferir mercancías asiáticas hasta el centro del país y con esto “nacerá una ciudad completa” que de no iniciarse con el control necesario y las medidas pertinentes también traerá lamentables consecuencias en el cielo de San Pedro Mártir.
Así como los ecologistas han necesitado y necesitan la concientización social de gobiernos, empresas y colectivos sociales, esta iniciativa propuesta desde el Instituto de Astronomía de UNAM necesita del apoyo de todos.
Ya ha llegado a autoridades del Ayuntamiento de Ensenada quienes en un principio recibieron la propuesta de creación de un Reglamento que diera lugar a la Ley del cielo con cierto asombro. Pero convencidos ya del trabajo de investigación, desarrollo tecnológico, divulgación científica, intercambio de proyectos e iniciativas de cooperación internacional que el Instituto de Astronomía viene realizando por décadas es de suponer que “de la intención” pasarán a “la acción”.
Para una correcta aplicación de la Ley del cielo y para lograr que Ensenada se transforme en la primera ciudad oscura del país, se deberían cumplir ciertas normas básicas con beneficios inmediatos para todos: ahorro de energía, mayor seguridad vial, mejora del medioambiente, y mejor disfrute del cielo estrellado con el consabido beneficio para su observación a nivel profesional y de cualquier aficionado a la astronomía.
La contaminación lumínica es un término genérico que indica la suma de todos los efectos adversos de la luz artificial. Entonces, todos podemos ayudar un poco reduciendo el consumo en nuestros hogares y espacios de trabajo, utilizando luminarias adecuadas en nuevos emprendimientos urbanos, estadios deportivos, centros comerciales, edificios públicos, cuyo brillo o resplandor apunte hacia abajo y no envíen luz directa hacia el cielo o fuera de la zona a iluminar. Sencillo, no?
Leo el artículo 1ro en la Declaración Universal de los Derechos de las generaciones futuras de UNESCO y éste indica: “… las personas pertenecientes a las generaciones futuras tienen derecho a una Tierra indemne y no contaminada, comprendiendo el derecho a un cielo puro; tienen derecho a disfrutar de esta Tierra que es el soporte de la Humanidad, de la cultura y de los lazos sociales, lo que asegura a cada generación y a cada individuo su pertenencia a la gran familia humana”.
Entonces, vuelvo a la portada del DVD La ley del cielo y me sorprende otra frase que contiene casi un ruego “apaga una luz y reencenderás una estrella en tu cielo”.
Si le interesa adquirir este material documental producido por Video Arte, UNAM y cosmovisión, puede comunicarse con los siguientes teléfonos: (646) 173-4307/08 y 174-4580, extensión 302.