martes, febrero 19, 2008

Requiem por Caballido

“Digo Carballido y se amontonan imágenes en mi cabeza. ¿Cómo no te vamos a querer Emilio?”


Epílogos

Por Sergio Rommel Alfonso Guzmán

Tras una noche mexicalense de temblores, un mensaje en mi teléfono celular me notifica de la muerte de Emilio Carballido. Y digo Carballido y pienso en su última visita a Tijuana, el miércoles 28 de noviembre de 2007, en el estreno de Tejer la ronda, montaje con alumnos de la Licenciatura en Teatro de la Escuela de Artes en el marco del homenaje que la UABC y el Centro Cultural Tijuana rendimos al dramaturgo.

Digo Carballido y pienso en el asombroso contraste entre el deterioro de su cuerpo y la vitalidad de su alma en aquel día, pienso en su gozoso disfrute. Pienso en Marta Palau y le escribo para enviarle un abrazo afectuoso. Y digo Carballido y pienso en la Feria del Libro de Tijuana y aquella ocasión en que compartimos mesa y micrófono para presentar el libro de un amigo común. Pienso en su generosidad como comentarista y crítico, su capacidad de dación como docente.

Digo Carballido y pienso en David y Sputnik, ese maravilloso cuento que tanto leí y tanto utilicé en mis talleres literarios para niños. Pienso en la alegría de los niños al escuchar y leer el cuento; en la felicidad de la abuela que vino al pequeño salón pidiendo permiso como “oyente” porque su nieto le había leído una historia formidable.

Digo Emilio Carballido y pienso en un ensayo acerca de la dramaturgia de Carballido con el que hemos coqueteado las últimas semanas a favor de su publicación. Digo Carballido y se amontonan imágenes en mi cabeza. ¿Cómo no te vamos a querer Emilio?

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Las dos horas y media de American Gangster fluyen como agua. Por un lado tenemos un Russell Crowe (Gladiador, Un buen año) más que convincente en el inverosímil papel de un policía honesto llamado Richie Roberts, tras el mafioso negro Frank Luca, protagonizado por Denzel Washington.

La cinta arranca en el estruendoso Harlem de 1968 y narra el empoderamiento de Luca como un discreto padrino de la mafia neoyorkina. Tal vez sea la urgencia de creer que sobreviven islas ajenas a la corrupción; la buena dupla Crowe-Washington; la ausencia (pese al tema) de una perorata moralista o mi hartazgo sabatino; lo cierto es que disfruté la cinta del director Ridley Scott.

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A propósito del Diccionario crítico de la literatura mexicana 1955-2005 escribió Heriberto Yepez (Laberinto de Milenio) respecto a Cristhoper Domínguez Michael: “[Octavio] Paz hacía crítica poética, inteligente y visceral. Domínguez es sólo inteligente y visceral. Sus párvulos son ya sólo vísceras sin pensar. En retrospectiva, se tiene la impresión que Domínguez se ha convertido en su propio empobrecido discípulo”. Auchh.

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Un artículo en Milenio semanal (número 537) me pone al tanto de la industria editorial en México: En 2006 “el sector privado de la industria editorial publicó un total de 19 mil 583 títulos, de ellos 7 mil 830 fueron novedades y el resto reimpresiones; el sector público generó dos mil 704 títulos, de los que mil 82 fueron novedades” (p. 54).

En resumidas cuentas: muchas novedades, pocos lectores, una industria ineficiente para procesar todo lo impreso. No puedo evitar traer a la memoria una cita de Boris Ryback: “Jamás hubo semejante posibilidad de conocimiento y semejante probabilidad de oscurantismo”.

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El turismo cultural sigue siendo uno de los nichos de oportunidad desaprovechados en nuestra entidad. Esto, pese a que al parecer la industria del turismo apuesta por aquella ruta. Vale la pena detenerse en el artículo “Turismo, a competir en grandes ligas” publicado en Milenio semanal número 538.

En 2007 de los proyectos apoyados con recursos por la Secretaría de Turismo “dos terceras partes fueron para proyectos de turismo cultural y 17 por ciento para turismo de naturaleza” (p. 37). Es decir, los viajeros de todo el mundo están cambiando sus hábitos de consumo y vale la pena comenzar a ver a la cultura como una oportunidad productiva antes que como gasto. Señala Francisco Madrid: “La cultura tiene que ser uno de los más importantes diferenciadores de la oferta turística del país”. Esperemos que también en Baja California comencemos a pensar en dicho sentido.