Por Alma Delia Martínez Cobián
La importancia de la formación
Se terminó 2007, y lo mejor que podemos hacer es realizar un recuento de lo más sobresaliente del año ido.
Y lo primero que me viene a la memoria, no sólo por lo reciente de la noticia sino también y principalmente por su gran importancia, es la aprobación de una partida presupuestal superior a los 23 millones de pesos, y la donación de un terreno por parte del Gobierno del Estado para la construcción de lo que será el Conservatorio de Música de Baja California.
Recuerdo que hace años me preguntaron durante una entrevista sobre qué creía yo que podía agenciarle permanencia al dinamismo artístico-cultural que desde hacía tiempo se venía observando en Tijuana, de manera que no se tornara otro “boom” temporal, y respondí con mucha seguridad que la diferencia estribaba en todas las opciones de formación artística ofreciéndose en la ciudad.
En aquel entonces eran solamente dos las principales instituciones encargadas de la formación profesional de nuevos artistas: el CAEN, Centro de Artes Escénicas del Noroeste, que funcionaba dentro de las instalaciones del Cecut; y el Conservatorio de Música de la Orquesta de Baja California.
Han pasado los años desde aquella entrevista, y la verdad da mucho gusto ver que el panorama para la profesionalización del arte y la cultura se ha ido ensanchando grandemente.
Comenzando por la instauración de las licenciaturas en Teatro, Danza, Música y Artes Plásticas en nuestra máxima casa de estudios, la Universidad Autónoma de Baja California —que por cierto recién ha aportado a la comunidad las primeras generaciones de egresados en esas áreas—, pasando por esfuerzos independientes como la Universidad de las Artes en Playas, o la consolidación de dos proyectos ciudadanos como la Sinfónica Juvenil de Tijuana y la Ópera de Tijuana, hasta llegar a la institución que nos ocupa: el Conservatorio de Música de la OBC, cuyas instalaciones ya resultaban insuficientes ante la demanda de alumnos de todo el estado.
Y digo que da mucho gusto no solamente porque cubren la necesidad formativa de nuestra comunidad, sino por la labor que de manera natural realizan, en dos de las áreas también muy importantes para el desarrollo del arte y la cultura en Tijuana: la formación de críticos de arte y promotores culturales profesionales, lo cual coadyuva en la formación de públicos para las diferentes disciplinas artísticas.
Porque nuestros artistas pueden estar produciendo espléndidas obras de arte, pero sin un público receptor que pueda decodificar y en última instancia disfrutar al máximo de un hecho estético, el desarrollo cultural sigue incompleto.
Por ello celebro enormemente iniciativas de apoyo estatal como la que recién se le ofreció, merecidamente, al Conservatorio de Música de la Orquesta de Baja California.
Trabajemos todos para que estos apoyos se sigan dando, y no únicamente por parte de los diferentes niveles de gobierno, sino también por parte de nuestra iniciativa privada.
Juntos, sociedad y gobierno, podemos consolidar a Tijuana como el polo cultural en el que nos hemos estado convirtiendo.
Porque, aunque ustedes no lo crean, pues los ojos de propios y extraños insisten en clavarse mayoritariamente en la violencia y la inseguridad, también hay otra imagen que poco a poco nos hemos ido ganando.
Pero de eso hablaré en mi próxima participación.
Mientras tanto, feliz 2008 para todos.
Se agradecen comentarios: bitacoralma@gmail.com