martes, enero 22, 2008

La magnitud del cambio

En el número de su trigésimo aniversario, la revista Nexos publica una serie de datos útiles para calcular lo mucho que ha cambiado México en tres décadas

Por Víctor Magdaleno

magdaleno23@hotmail.com

La realidad mexicana es tan poliédrica, por no decir contradictoria, que ofrece una imagen determinada si se le examina con una óptica o desde un ángulo particular, y otra muy distinta si se atiende otro aspecto de esa misma realidad. México, por ejemplo, es un país que ha prohijado a una elite en la que figura el hombre más rico del mundo y al mismo tiempo es una nación de 45 millones de habitantes que viven en la pobreza.

Del mismo modo, el país muestra rasgos que confirman lo mucho que ha cambiado en las últimas décadas, al lado de otros que corroboraran que sigue siendo el mismo de siempre. Por recurrir a un ejemplo que la entrada de plena vigencia del Tratado de Libre Comercio este año ha actualizado: el agro mexicano es, simultáneamente, “un campo ganador”, como dice el slogan publicitario que pocos creen, y un campo devastado por la miseria y el atraso. En efecto, una parte —muy pequeña por cierto— de los agricultores mexicanos han resultado favorecidos con el TLC y otros muchísimos más se han rezagado.

El país, pues, ha sufrido cambios espectaculares pero al mismo tiempo arrastra grandes zonas de atraso y marginación. Y si se atendiera únicamente a los aspectos modernizadores del desarrollo se tiene una imagen de país emergente, pero si se presta atención a los rezagos y el atraso, México es el país con sus problemas de siempre: pobreza en el campo, migración de multitudes a las grandes ciudades y el extranjero (léase Estados Unidos), hacinamiento urbano y demás.

¿El país ha cambiado en las últimas tres décadas? Sí, indudablemente, aunque subsistan áreas que aparentemente desmientan esa afirmación o muchas veces esas transformaciones se noten poco en medio de la devastación y el retroceso que muestran varias áreas de la vida nacional. En tales circunstancias, resulta de enorme utilidad la serie de datos que la revista Nexos ofrece en su número de este enero. Con motivo de su 30 aniversario, según explica su director José Woldenberg (sí, el ex consejero presidente del Instituto Federal Electoral), la publicación solicitó a especialistas en diversos campos de estudio una visión de las transformaciones que ha vivido el país en las últimas tres décadas y da a conocer esos datos en una serie de artículos reunidos en su número 361. Los datos son a tal punto valiosos que permiten calcular “la magnitud del cambio” experimentado por el país.

En 1977 los mexicanos sumábamos un total de 62.3 y 30 años después somos 105.8, pese a que se ha abatido más a la mitad el número de nacimientos y el promedio de hijos. “En aquel año había 37.6 nacimientos por cada mil habitantes mientras ahora sólo suceden 18.6. En 1977 las mujeres tenían en promedio 5.4 hijos y hoy 2.1”. Al mismo tiempo, la esperanza de vida de los mexicanos se elevó de 65.5 años a 75 (ese incremento, entre otras cosas, mantiene en crisis los sistemas públicos de pensiones).

Pero si los datos demográficos hablan de un cambio sustancial, las cifras de la migración de los mexicanos al exterior resultan apabullantes al multiplicarse por diez: “el número de mexicanos residentes en Estados Unidos pasó de 1.8 millones a 11.8, según datos aportados por Rodolfo Tuirán y Woldenberg comenta: “En suma, la población crece a tasas menores, vive más, y expulsamos a un buen porcentaje de nuestros conciudadanos”.

Los datos ambientales ilustran muy bien el contradictorio proceso de transformaciones que ha experimentado el país. “En 1977 México contaba con 47 áreas naturales protegidas y hoy existen 161. No obstante, en los años setenta el país tenía 6 millones de hectáreas de selva tropical húmeda y en el 2005 sólo quedaba una”, es decir, en el curso de los últimos 30 años se han perdido cinco quintas partes de las selvas mexicanas. Otros datos comprueban la magnitud del desastre: “En 1970 cada habitante tenía 11 metros cúbicos de disponibilidad de agua, mientras en 2005 esa cantidad se había reducido hasta 4.5. En contrapartida, en 1980 teníamos 5.5 millones de vehículos y 26 años después 24.5 (datos de Julia Carabias)”. La interpretación de Woldenberg es que hoy “tenemos una mayor conciencia de los daños a nuestros recursos naturales, sin embargo, no hemos revertido su deterioro”.

Los datos de la política no dejan lugar a dudas de lo mucho que ha cambiado el país en tres décadas: “En las elecciones presidenciales de 1976 el candidato José López Portillo obtuvo el 100% de los votos. En 2006 Felipe Calderón alcanzó sólo el 36%. En 1976 había 4 municipios gobernados por partidos distintos al PRI, en 2007 la cifra era de 1,795. En 1976 todos los Congresos locales tenían una mayoría calificada, en el 2007 sólo uno. (Ricardo Becerra). No cabe duda: La pluralidad inundó el mundo de la representación política”, comenta Woldenberg.

Otros datos que ilustran la magnitud del cambio: “En 1978 había 18.5 millones de alumnos en el sistema escolar, hoy están inscritos 32 millones. En 1978 el 73% se encontraba inscrito en primaria, ahora el porcentaje es de 47%. En aquel año había 680 mil estudiantes en licenciatura, ahora son 2.5 millones. En 1978 sólo el 28% eran mujeres mientras hoy son el 50%. Antes sólo el 12% de la matrícula en licenciatura era atendida por instituciones privadas, hoy el porcentaje asciende a 30 (Olac Fuentes Molinar). La cobertura creció en todos los niveles, pero la escuela privada en el nivel superior lo hizo de manera espectacular”.

Más indicadores: “En 1978 existían en México 200 computadoras y/o minicomputadoras. En 2007 la cifra alcanzaba los 15 millones. En 1978 no había un solo cajero automático, en el 2007 había 10 mil. En 1978 se utilizaban 200 mil tarjetas electrónicas de crédito, el año pasado llegamos a los 21 millones (Víctor Manuel Guerra). El salto tecnológico en la vida diaria está a la vista y es quizá una de las transformaciones más relevantes por su magnitud y extensión”.

Como se puede observar a partir de los datos aquí citados (Nexos ofrece muchísimos más), el país sí que ha sufrido transformaciones en casi todos los renglones de la vida pública y privada, pero al mismo tiempo arrastra problemas muy añejos que no han hecho otra cosa que recrudecerse, dando la impresión de que el país vive los problemas de siempre, claro en una versión aumentada.