La trinchera
Armando Macías
La elección del 2 de Julio deja demasiados sinsabores; no hay nada que festejar; el voto del miedo que pudo llevar al panismo a un triunfo apretado contra el favorito desde hace meses ilegitima de por sí la elección.
Felipe Calderón, un gris funcionario de la administración foxista, rijoso, autoritario, nieto de un sinarquista y con problemas de alcoholismo fue incapaz de llevar una candidatura exitosa. Su popularidad empezó a crecer conforme el electorado respondía a los mensajes de odio y miedo que el pan difundía a través de sus spots publicitarios.
Andrés Manuel es con mucho el líder más carismático y emblemático que ha tenido la izquierda mexicana en los últimos años, su proyecto alternativo de nación dio esperanza a millones de mexicanos que el neoliberalismo económico no ha beneficiado desde el sexenio de De la Madrid y esa esperanza fue arrebatada y cambiada por miedo; Andrés Manuel no es autoritario ni trasgresor de las leyes, no es un loco ni un “mesías tropical”, jamás fue, ha sido y será un peligro para México. Detrás de Andrés Manuel no hay salinistas como se dijo están obreros, campesinos, artistas, intelectuales, luchadores sociales, empresarios, mexicanos todos.
La campaña del pan en cambio fue orquestada por un republicano (Morris) y un representante partido popular español (Solá), basado en el odio, la descalificación y las tesis Goebelianas de repetir una mentira tantas veces hasta convertirla en verdad. Se le comparó con Chavez (como si Venezuela fuera un país pobre) pero nunca con Néstor Kichner, Felipe González, Miterrand o Zapatero todos hombres de izquierda cuyos proyectos de nación empataban con los de AMLO.
La historia nos juzgará por esta abominación, por haber elegido a un infeliz ratero como Calderón para presidente, llegará a ocupar su puesto con las manos sucias de porquería y sangre y gobernará sólo para los que les debe algo, serán otros 6 años de desilusiones, corrupción y raterías; otros 6 años de ver a un gobernante incompetente que tratará de culpar al congreso de su estupidez, otro sexenio de oscurantismo donde el yunque tratará de imponernos a la fuerza su mitología católica por sobre nuestro derecho a pensar, otro sexenio de servilismo a EU, de violación a las libertades, de represión.
Los mexicanos no pensaron en sus hijos, dejaron que la TV los dominara, se convirtieron en borregos de los comunicadores y eligieron a un reprimido como presidente.
Felipe Calderón es el verdadero peligro para México.